Add parallel Print Page Options

Y aunque, como apóstoles de Cristo, podíamos habernos presentado con todo el peso de la autoridad, preferimos comportarnos entre vosotros con dulzura, como una madre que cuida de sus hijos. Sentíamos tal cariño por vosotros que estábamos dispuestos a entregaros no sólo el mensaje evangélico de Dios, sino incluso nuestra propia vida. ¡Hasta ese punto había llegado nuestro amor!

Recordad, hermanos, nuestros afanes y fatigas: cómo trabajamos día y noche para no ser gravosos a nadie, mientras os anunciábamos el mensaje evangélico de Dios.

Read full chapter